No me voy a poner a hablar de Douglas Adams como si fuera su descubridor. Había leído algunas cosas suyas, como The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy, y me habían gustado mucho. Pero nunca terminé de leer el segundo libro de esa serie. El volumen que recopila las cinco está esperando que lo vuelva a abrir, cosa que ocurrirá tarde o temprano.

Ahora me compré otro, que creo que es su único libro de no ficción: Last Chance to See. Es una crónica de varios viajes que hizo Adams, acompañado por el zoólogo Mark Carwadine, a distintas partes del mundo en busca de especies al borde de la extinción. Todavía no lo terminé, aunque me lo estoy devorando, y me da muchas ganas de compartirlo.

Podría citar algún fragmento, pero no sabría decidirme. Tendría que citar todo el libro. La prosa de Adams es excepcionalmente clara, y sus conceptos también. El tipo tiene un sentido del humor muy natural, que fluye sin tener que forzarlo, y hace que la lectura sea placentera, incluso cuando los temas que trata no son agradables.

Lo mejor que puedo hacer es, además de recomendar el libro, mostrarles una charla que dio sobre el mismo tema, pocos días antes de su temprana muerte. Ahí lee fragmentos, contesta preguntas y maravilla con su claridad alucinante.