El alfajor es una delicia cultural y culinaria. Debido a su tamaño, el placer de comer uno se termina muy rápido. Es preciso hacer el proceso más lento, para maximizar el disfrute. Años de experiencia han llevado al siguiente método.

1. Lo primero es el borde. El alfajor es redondo, y bañado. El borde se compone de tres partes. El baño de las galletitas y el del relleno. La idea es rascar el baño sin perder la forma redonda del alfajor. Para eso, lo ubicamos en forma vertical respecto de los labios y rascamos con los dientes delanteros ambos bordes, sin tocar el del medio.

2. Queda expuesta la galletita. Es el momento de proceder a comer el borde del medio. Será más blando, pero permitirá saborear la combinación baño-relleno sin galletita, única de esta etapa. Para eso usamos el mismo procedimiento, dosificando la fuerza. Si el alfajor es de dulce de leche, es más blando. Si es de mousse, es más duro. Y si es de fruta, hay que cambiarlo por uno bueno.

3. Ahora hay que tratar de consumir una de las tapas. Esto es especialmente fácil en los de mousse, cuyas tapa son más duras, pero se puede hacer también en los otros. Puede ocurrir que la tapa que uno quiere separar se quede con el relleno. En ese caso, comeremos primero la otra tapa, o la que se quede con menos relleno.

4. Queda una tapa y el relleno, o su mayor parte. Acá hay varias opciones. Se puede comer de a bocados, mordiendo ambos elementos al mismo tiempo. También se puede intentar separar el relleno de la tapa, para tener una experiencia altamente fragmentada. Pero es bastante difícil conseguirlo sin la ayuda de un cuchillo, y eso es trampa. Lo mejor es lamer el relleno hasta que queda sólo la tapa.

5. Cuando queda la tapa sola, es cuestión de comerla. Es un final algo decepcionante, como llegar a la parte de galletita del Havannet después de tanto dulce de leche. Pero dejar el relleno para el final, si se lo puede separar, implica agarrarlo con la mano, y el propósito del alfajor es que el relleno no sea tocado por los dedos.

6. Luego de terminar el alfajor en sí, es necesario volver al envase, donde quedarán suculentos pedazos de relleno, que nos permiten revivir el placer recién finalizado.