Como ya he mencionado, poco después de la publicación de Léame, mi canon literario (?) incorporó varias secuelas a cuentos que están en el libro. Esta tendencia se ha mantenido, sin que encuentre una razón para que sea así.
Ya son unos cuantos los casos de secuelas, suficientes para empezar a preguntarme si no valdría la pena recopilarlos a todos en el mismo orden del original para hacer una secuela de Léame. Probablemente no sea una buena idea. Usted ya leyó cuarenta cuentos. ¿No quiere leer otros cuarenta sobre lo mismo? No, no va.
Aparte, es probable que algo así haga parecer a los cuentos de Léame como no terminados, algo que no es cierto. Están terminados. Lo estuvieron durante mucho tiempo. Aunque siempre ha habido y habrá detalles para ajustar, las historias están cerradas. Son ésas.
Una secuela implicaría encontrar no una, sino cuarenta historias que sirvan como corolario o complemento de las que ya están. Por más que algunas estén buenas, es una premisa muy forzada. Me parece que nadie lo puede hacer.
Es una lástima, porque hubiera estado bueno presentar un libro titulado Léame II: el regreso. O Lea esto otro. O Léame también. O Reléame. Las posibilidades eran infinitas.