Uno de los legados de haber formado parte de LaRedó! durante varios años es el uso frecuente de la frase “todos putos”. Es una frase de la que me quiero despegar un poco, sin embargo eso no ocurre, porque se demuestra muy útil.

Hay gente que piensa que decir eso implica un rechazo a la homosexualidad o algo así. Es probable que en principio viniera de eso, pero su uso es mucho más amplio. Es una especie de grito general de disconformidad. Una exclamación de impotencia ante las injusticias cotidianas. El grito de alguien que pugna por liberarse de opresiones minúsculas.

También es un grito de unidad. De pertenencia a un grupo. En LR! implicaba un código común, un guiño que indicaba que dos personas compartían eso. Pero en la sociedad en general (?) es algo más. Es una manera de achicar a los enemigos. Ellos, los que están en contra nuestra, o los que ni siquiera nos tienen en cuenta como para estar en contra, son mucho más insignificantes que nosotros. No existen. Son todos putos.

La frase se usa cuando uno se siente derrotado por los demás, por el sistema, por la sociedad. Y al mismo tiempo, cuando quiere marcar una diferencia respecto de ese sistema que lo deja afuera. Es una especie de “ustedes no me dejan afuera, yo los dejo afuera”. El que exclama “todos putos” quiere libertad para sí mismo, no acepta la opresión del entorno. Pretende salirse con la suya, por más que a los demás no les parezca bien, o no lo acepten. Y probablemente no puede. Entonces se frustra, y exclamar “todos putos” lo hace sentir mejor con sí mismo, aunque sea respecto de los otros.