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Uno de los legados de haber formado parte de LaRedó! durante varios años es el uso frecuente de la frase “todos putos”. Es una frase de la que me quiero despegar un poco, sin embargo eso no ocurre, porque se demuestra muy útil.

Hay gente que piensa que decir eso implica un rechazo a la homosexualidad o algo así. Es probable que en principio viniera de eso, pero su uso es mucho más amplio. Es una especie de grito general de disconformidad. Una exclamación de impotencia ante las injusticias cotidianas. El grito de alguien que pugna por liberarse de opresiones minúsculas.

También es un grito de unidad. De pertenencia a un grupo. En LR! implicaba un código común, un guiño que indicaba que dos personas compartían eso. Pero en la sociedad en general (?) es algo más. Es una manera de achicar a los enemigos. Ellos, los que están en contra nuestra, o los que ni siquiera nos tienen en cuenta como para estar en contra, son mucho más insignificantes que nosotros. No existen. Son todos putos.

La frase se usa cuando uno se siente derrotado por los demás, por el sistema, por la sociedad. Y al mismo tiempo, cuando quiere marcar una diferencia respecto de ese sistema que lo deja afuera. Es una especie de “ustedes no me dejan afuera, yo los dejo afuera”. El que exclama “todos putos” quiere libertad para sí mismo, no acepta la opresión del entorno. Pretende salirse con la suya, por más que a los demás no les parezca bien, o no lo acepten. Y probablemente no puede. Entonces se frustra, y exclamar “todos putos” lo hace sentir mejor con sí mismo, aunque sea respecto de los otros.

En la sociedad que me rodea hay muchos consensos indiscutidos. Uno sostiene que las dictaduras son malas. Otro que la película Esperando la carroza es la obra cumbre del cine argentino. Otro que determinados archipiélagos no están en posesión de sus legítimos propietarios. De algunos de esos consensos participo, de otros no. Uno de los que no es el referido a la genialidad de Alberto Olmedo.

No es que la niegue. Esto es importante. Sería muy fácil decir que todos los vastos números de Homo sapiens que forman parte de la sociedad de este país y ven la grandeza de Olmedo son unos imbéciles y no entienden nada. No sería especialmente extraño. Innumerables veces ha habido gran entusiasmo por ideas no sólo muy problemáticas sino erróneas. Pero no quiero ponerme en contra del consenso. Simplemente no lo entiendo.

Si viera lo que ven, podría unirme a los que piensan lo mismo o decir que es cualquiera. Pero no lo entiendo. Todas las veces que he visto videos de este actor vi a alguien corriente, no del todo carente de gracia, un tipo más o menos simpático que ama reírse de sus ocurrencias. Pero sus ocurrencias nunca me han resultado graciosas.

Capaz que no vi los videos adecuados. Capaz que espero demasiado por todo lo que se habla. Capaz que simplemente no es mi tipo de humor (Porcel, no obstante, me hace reír mucho). No sé qué es lo que pasa, y tampoco hice un análisis exhaustivo como para poder decirlo concretamente. Sólo que cuando todos los demás hablan de Olmedo como si fuera un titán del humor, sin que nadie lo discuta, yo me quedo pensando “¿qué verán?”