En los círculos intelectuales, que aparentemente frecuento, puede verse a un montón de gente que está comprometida con la sociedad. Tienen inquietudes, porque ven que existen muchas cosas que deben ser corregidas. Y quieren aportar algo a esa solución.

Pero son problemas complejos, que no tienen soluciones mágicas. Es necesario compatibilizar muchas variables, en muchos casos contrapuestas, para poder dejarlos atrás. Hay razones por las que esos problemas siguen estando. No es que no tengan solución, es que la solución es difícil. Por lo tanto, su implementación no está al alcance de un círculo de intelectuales. Sin embargo, ellos quieren seguir hacer su aporte.

Deciden, entonces, formar parte de una masa más grande. Eligen dar difusión a ideas superadoras. Usan su posición de “privilegio” en la sociedad para iluminar a los demás. Ellos solos no pueden implementar las soluciones, pero saben cuáles son esas soluciones. Y quieren que se entere cada vez más gente.

No sólo quieren que se enteren de las soluciones. También quieren que se enteren de que ellos, los intelectuales, tienen compromiso social. Para lograrlo, no hay nada mejor que incorporar las recetas que arreglarán a la sociedad a su arte. Porque los intelectuales en general hacen arte. Y si no, son comunicadores, e incorporarán esas recetas a la comunicación.

El pueblo, ignorante, se ve enriquecido por los aportes de los intelectuales. O se vería enriquecido si alguien les diera pelota. Pero, aunque no hagan caso a las soluciones propuestas, la gente se da cuenta de quién está con ella. Entonces después agradece, y otorga lo único que un pueblo puede otorgar a un intelectual: prestigio. El dinero es lo de menos.

Así, cuando muchos lo respetan, el intelectual tendrá más credibilidad no sólo entre la gente, sino entre los otros intelectuales. Y entonces, su mensaje será repetido por un coro cada vez más grande, que confiará en la alianza estratégica entre la sabiduría popular y la sabiduría del gran intelectual. Ya no hará falta pensar. Habremos llegado a una etapa superadora.