Una de las series que pueblan Léame es la que, a falta de un título mejor, llamo Las aventuras del cuerpo humano. Se distinguen por una característica común, que es la cantidad de vicisitudes que puede albergar un cuerpo escrito. Son muchas más que las que soporta un cuerpo vivo mientras mantiene esa condición.

Entonces hay historias de deformidades, de extrañas invasiones, de partes que se rebelan. No sé por qué, es una serie bastante numerosa. Han quedado muchos cuentos afuera, por ejemplo el titulado Fuga del cuerpo, que pueden leer siguiendo el link como una muestra del estilo.

En general los cuentos pertenecientes a esa serie están redactados en primera persona. No sé por qué. Salen así. No es intencional. Pero quiero que quede claro. Esas historias no son verídicas. No me ocurrieron, sino que son producto de la imaginación.

De hecho, casi podríamos decir que nada de lo que está escrito en Léame es cierto. Son todas mentiras. Pero cuidado, caro lector. Que nada sea cierto no significa que Léame no contenga verdades. Ellas se revelarán durante la lectura, directamente en su cerebro, si usted sabe lo que hace. Las verdades que salen de mi mente entrarán así a su cuerpo, y lo acompañarán a todos lados.