Se recomienda leer lo que sigue con la voz de Ernesto Frith.

Para facilitar la lectura, Léame se presenta en formato de códice. Este método de encuadernación, que tiene su origen en el medioevo, permite cambiar de página con una simple operación. El lector sólo debe arrastrar con uno o más dedos la hoja que contiene la página que acaba de terminar, y del otro lado se revelará la siguiente.

Las páginas están posicionadas en orden ascendente. Un sistema de números arábigos facilita la identificación de cada una, sin necesidad de espiar el contenido. Un número único se asigna a cada página. Estos números, gracias a su correlatividad, proveen información acerca de cuánto se ha avanzado en la lectura al llegar hasta él.

La cubierta, o tapa, posee como complemento una tapa inversa al final del libro, la contratapa. Comparten el color, de manera que el libro se puede identificar aun cuando no se ve el título. El distintivo color carmín está pensado para que no se confunda con el fondo, y así el libro se pueda diferenciar de la mesa donde está apoyado. Ambas cubiertas contienen solapas que pueden ser utilizadas como señalador. En caso de interrumpir la lectura, se podrá saber dónde estaba.

Se ha escogido para el texto interior un tipo de letra serif, de un color muy contrastante. El negro de la letra se destaca contra el casi blanco de la hoja, para producir una lectura natural. Las letras están colocadas sucesivamente, formando palabras que son separadas por espacios en blanco. Ocasionalmente, una marca de puntuación indica una pausa o cambio de entonación.

El peso del libro es adecuado para ser tomado por un Homo sapiens con una mano. Las hojas están unidas entre sí mediante un moderno sistema de encuadernación con hilos y pegamento, que impide que se separen. De esta forma, el lector no tendrá que preocuparse por una posible alteración del orden o pérdida de hojas.

A pesar de la dimensión del libro, 20 centímetros de alto por 14 de largo, el texto no se extiende en todo el espacio disponible. Una elegante zona blanca, llamada margen, lo rodea. Se forma un efecto de marco, que otorga al texto un lugar determinado. Es el espacio que puede ser aprovechado por el lector para hacer anotaciones, marcar con un lápiz una sección particularmente destacable, y terminar así de hacer suyo el libro.