Nunca quise ser de ésos. He conocido a muchas personas que se jactaban de que no miraban televisión, porque claramente eso los ponía en un nivel superior al resto. Algunos directamente afirmaban no tener televisor. Aunque ésos solían saber todo lo que pasaba en la tele.

No tomé la decisión de no mirar televisión. Me pasó. Un día descubrí que hacía tiempo que no miraba. Sí, la prendo, miro qué hay, a veces me engancho con algo. Pero no sé los horarios, no sé bien los números de cada canal, y en general está de fondo.

Esto no significa que no mire las cosas que salen por televisión. Sigo viendo series, me siguen gustando y atrapando. Pero hay otras formas de ver series. Ya no hace falta esperar a que se estrenen. Se pueden ver online, se pueden ver en DVD. Ya ni sé qué canal pasa las series que miro.

Pasa más fuerte con los canales de aire. No sé qué programación tienen, no sé cómo son sus nombres actuales, no sé sus logos. No me interesa, y encuentro que me puedo mover en la sociedad sin saber esas cosas. No es que todos están hablando de lo que pasó ayer en determinada tira, en el Gasoleros de ahora. Me parece que esto que me pasa no es tan infrecuente.

Pero no estoy en contra de la televisión. Estoy a favor. Sospecho que es un medio que está quedando obsoleto. Los YouTubes son maneras mucho más eficientes para ver contenidos, por lo menos desde el punto de vista del espectador. Me da la impresión de que la diversificación de los canales hacen que los de aire, que siempre son de interés general, se vuelquen cada vez más hacia los gustos generales. Y por eso tienen cada vez menos audiencia. Supongo. No sé cuánta audiencia tienen.