Existen tres tipos básicos de Homo sapiens.

La gente Hotmail se caracteriza por dejarse llevar por lo que hacen los demás. Nunca analizan demasiado los pasos a seguir. Se contentan con ver lo que hicieron los otros, y hacen eso. Es muy difícil hacerles entrar algo en la cabeza. Sin embargo, cuando se logra, permanece durante mucho tiempo, precisamente porque ideas posteriores tendrán la misma dificultad. El lado bueno de esto es que si una idea logra penetrarlos, significa que el resto de la población ya la tiene más que clara.
Son gente que confía en los demás, pero que no presta atención. Si están por cruzar la calle, no siempre miran hacia ambos lados. Prefieren que miren los demás, los que cruzan, entonces obedecen el cruce mayoritario. Se sienten seguros dentro de las multitudes. Nunca van a entrar en un restaurante vacío, porque evidentemente eso es signo de que la comida no es buena.

La gente Yahoo es un poco más pensante. Les gusta pensar. Les gusta sobre todo la idea de pensar. Pero no se aventuran a pensar cosas que no les parezca que deban ser pensadas. Nunca entendieron de qué se trata la letra de All you need is love. No les gusta el escándalo, ni que se grite. Piensan que el mundo debería tener paz, y que todos nos deberíamos entender, respetando las ideas y las creencias de cada uno, aun las que no son respetables. Tienen una idea de que la realidad no existe, sino que hay tantas realidades como puntos de vista, eso les permite pensar cosas que no se sostienen.
No son amigos de la lógica. Prefieren los slogans, los chicles mentales. No les parece que sea necesario pensar dos veces las cosas. Si alguien las pensó, particularmente si es un intelectual prestigioso, seguro que está bien. Dejan el razonamiento para los profesionales. Les gusta el arte popular, y saben que es para las masas, no para ellos. Porque ellos no pertenecen a las masas, por más que están de acuerdo con que existan y tengan su arte. Sin embargo, ellos tienen el propio. Aman el jazz, aunque no lo escuchen nunca. En su lugar, consumen productos intelectuales con gran voracidad, porque no tienen la molestia de analizarlos. Eso lo dejan, una vez más, a los profesionales, como los críticos, cuya opinión hacen propia y se encargan de distribuir.

La gente Gmail, en cambio, quiere pensar. Trata de hacerlo por sí mismo, aunque no siempre les sale. Comparten códigos, frases provenientes de la cultura pop (que no es lo mismo que la cultura popular) que para el gran público no significan nada pero les permite identificarse entre sí. Se consideran gente especial, personas adelantadas, que saben ver hoy lo que los demás verán en el futuro, o no verán nunca. Disfrutan entonces de las ventajas de estos adelantos, aunque se ven perjudicados por la escasa popularidad. En algunos casos, adelantos perfectamente espectaculares no llegan a expandirse más allá de la gente Gmail, y nunca logran hacerse viables económicamente.
Tienen un cierto desprecio no por lo popular, pero sí por lo repentinamente popular. Desconfían de las masas, por más que les gustaría estar en consonancia con ellas (en realidad, que ellas estuvieran en consonancia con ellos). Sus opiniones están respaldadas por excelentes razones, o razones que creen excelentes, y no conviene discutírselas, porque se corre el riesgo de que no poder callarlas más.

Los tres tipos de personas suelen poder identificarse mediante el servicio de mail que usan. Incluso, muchas veces puede predecirse qué mail usan según su personalidad. Pero cuidado: no es así siempre. Existe gente Yahoo que usa Gmail, posiblemente por tener amistades dentro de esa comunidad. O tal vez porque la novedad de Gmail ya se está empezando a extender entre los usuarios de Yahoo. Si es así, la gente Gmail pronto dejará de serlo, y adoptará otro medio de comunicación para identificarse. La gente Yahoo también abandonará su lugar, y pasará a ser la gente Gmail. La gente Hotmail tal vez viva esta movilización en algún momento. Pero no será pronto. Lo que se sabe es que, cuando empiece la mudanza masiva, la que hoy es gente Yahoo y Gmail huirá de su vecindad. Cada uno se forzará a encontrar el nicho adecuado para su persona.