No todos están destinados a ser escritores. Pero hay quienes están interesados en convertirse en uno, y no saben qué hacer. Recién llegado a este lado, les cuento lo que aprendí.
Hace falta una sola cosa: escribir. Después es cuestión de seguir escribiendo. Claro que no cualquier escrito hace que uno sea escritor. ¿Dónde está el límite? Es un límite interno.
No existe carrera de escritor. O tal vez existe, qué sé yo, pero no le daría ningún crédito. Nadie tiene el diploma. Lo que se puede es lograr sentirse escritor, o ser percibido por los demás como tal.
Ayuda tener algo publicado. No es necesario, se puede ser escritor inédito. No hay características fijas, salvo que los escritores escriben. Un escritor que no escribe capaz que puede existir, aunque yo lo llamaría un potencial escritor. Hay que escribir, y tener cierta familiaridad con esa práctica, aunque no se la ejerza seguido.
Se puede tener cualquier tipo de método, o ninguno. Lo importante para ser escritor, a mi modo de ver, es un cambio interno. Convencerse de que uno es escritor. ¿Cómo se hace? Convenciéndose de que sabe escribir.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿qué es saber escribir? No tiene nada que ver con la gramática. Es tener confianza de que, al menos a veces, cuando uno se siente (o se pare, o acueste) a escribir, va a poder salir algo. Nadie tiene nunca la certeza de que va a salir algo bueno, pero sí se puede aspirar a que salga algo con cierta forma.
Así, alguien que es escritor es alguien que aprendió el oficio de escritor, y tiene la suficiente confianza como para animarse a escribir, y pensar que lo está haciendo en serio.