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Una cosa es publicar un libro, y otra cosa publicar el primer libro. Me da la impresión, ahora que ocurrió, de que esa circunstancia es más especial. O por ahí no más especial, pero con un sabor distinto de las otras.

Como no tengo la intención de que Léame sea el único libro, se me cruzan por la cabeza esas cosas. El plan (?) es hacer más libros. No sé cuándo, ni en qué consistirán. Pienso dejarme sorprender por lo que salga. Pero siempre voy a tener un punto de comparación que esta vez no tuve.

Está bueno aplicar lo que aprendí, encarar el segundo proyecto sabiendo algo proveniente del primero. En realidad, no se sabe mucho del segundo. Puede que lo aprendido en el primero no sirva para nada. Pero, como también puede que sí, es bueno aplicar la experiencia.

¿Serán todos los libros como Léame? No lo sé. Aunque déjeme, amigo lector, contarle una infidencia. Me siento algo liberado. Estoy muy contento de que mi primer libro sea de cuentos humorísticos. Podía haber sido algo muy distinto. Muy distinto de lo que es y de lo que siempre quise que fuera. Pero ahora, no necesariamente tiene que ser de lo mismo. Se abren toda clase de opciones. De forma y de contenido. Claro que entre esas opciones está también el formato de Léame, que no lo voy a abandonar sólo porque ya lo hice.

Si quisiera, podría hacer ya mismo un libro comparable. No en vano tengo 1600 cuentos disponibles. Pero no se trata de recopilar cantidades. La idea, al menos la idea actual, es hacer libros que tengan algún tipo de identidad (recopilación de cuentos, no obstante, puede ser una identidad). Hay que dejarlos madurar, no forzarlos, confiar en que llegará el tiempo para que cada uno salga. Puede ser antes de lo pensado.

Así que, caro lector, no se sorprenda si en algún momento salgo con algo muy distinto. Seguro que va a estar hecho con el mismo entusiasmo.

Por lo pronto, me gusta que mi primer libro se llame Léame. Va a quedar bien en las biografías.

Hoy, 31 de diciembre, este blog cumple dos meses de actualización diaria. Y siendo que es el último día del año, es tal vez apropiado hacer una recopilación de lo más interesante que fue posteado en estas intensas semanas.

  • El 31 de octubre arrancábamos con una reflexión sobre el proceso de edición, a modo introductorio.
  • Un paseo por algunas de las figuras que influyeron a Léame y a su autor.
  • Por qué Léame carece de malas palabras.
  • La reacción inmediata posterior a la presentación.
  • En esa presentación los primeros diez ejemplares de Léame vendidos vinieron con una Coca-Cola bien helada de regalo. Era en referencia a una de las series, los coqueríos, que a su vez puede causar algunas confusiones que aquí son prevenidas.
  • Las razones detrás de la elección del curioso título.
  • En ocasión de una lectura, el autor ofrece al mundo su teoría sobre los nombres de los colores.
  • Por qué en la biografía del autor no hay ningún dato sobre su persona. Qué se esconde atrás de eso.
  • Una reflexión sobre las posibilidades al crear universos literarios.
  • Homenaje a una persona sin cuyo aporteLéame sería muy inferior o no existiría.
  • La emocionante revelación de la tapa definitiva.
  • Algunos principios sobre cómo encarar el humor. También llamada “la teoría Leslie Nielsen”.
  • Por qué Léame tiene tan pocos diálogos.
  • Texto casi todo interrogatorio sobre las distintas personas que es el autor.
  • Una exposición sobre los miedos que aparecieron antes de la presentación.
  • Así como hay miedos, también hay realidades que siempre existieron, pero igual es necesario avivarse de que están y obrar en consecuencia.
  • Un diálogo con mí mismo sobre por qué trato al lector de usted.
  • El anticipo exclusivo del índice de Léame.
  • Del mismo modo, apareció primero aquí la contratapa, acompañada de un análisis de su contenido.
  • Y por último, aquí, en el final de la lista, están las librerías donde en este momento está disponible Léame para la compra.

Qué depara el futuro

¿Qué onda? ¿Este chabón seguirá escribiendo sobre su libro todos los días?” se pregunta tal vez el público. La respuesta oficial (?) es la siguiente: la idea es que el blog siga. Puede que la frecuencia cambie, aunque es probable que mantenga algún tipo de regularidad, aunque sea distinta (esto es, que salga un post cada dos días o algo así). No está decidido. La intención es seguir escribiendo estas cosas, y posiblemente que el blog vaya mutando a algo más amplio, a cosas más generales que el libro, como reflexiones sobre los distintos procesos creativos. Veremos qué ocurre. Este autor se sorprederá, seguramente, igual que usted.