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Hoy este blog cumple su cometido. Este cometido ha cambiado en los meses desde que salió el primer post. La idea era hacer un acompañamiento para Léame, una especie de marco de referencia sobre el contexto de la escritura del libro. Pero desde el principio sabía que iba a cambiar. Se terminó convirtiendo en un depósito de ideas personales sobre temas generales, o algo así. El blog empezó hablando de un libro y se convirtió en un blog sobre el autor, a través de diferentes manifestaciones.

También funcionó como un lugar para experimentar, para tener practicado el lenguaje periodístico. Pero, más importante, para documentar el camino después de Léame. Más allá de que me pasaron cosas inesperadas como consecuencia de la publicación, lo que terminó ocurriendo fue que, inevitablemente, me alejé de la persona que era cuando lo escribí. No es algo extraordinario, es lo normal. Lo raro sería seguir siendo el mismo.

Ahora, cuando empieza el proceso del segundo libro, me encuentro con que algunas cosas que salieron en este blog es probable que aparezcan ahí. He aceptado como literatura a algunos de los textos de acá, que estaban pensados como crónicas light, sin ninguna pretensión.

Un proceso similar se dio en otros ámbitos. A éste que soy ahora le gusta, y se verá reflejado en el libro, cuando salga. Será distinto de Léame, aunque vamos a suponer que se podrá reconocer al descendiente del que lo escribió. Porque no me convertí en una persona distinta. Me convertí en la misma persona, distinta. Y siento que estoy en la fase de llegada, disfrutando del viaje que dejo atrás antes de partir al próximo.

Cuando hagamos la edición especial por los 20 años de Léame, vamos a necesitar algún motivo para que la gente que ya tiene el libro lo vuelva a comprar. ¿Qué puedo poner como extra?

Una respuesta rápida es “todo el contenido de este blog”. No en vano se presenta como un acompañante del libro, aunque a esta altura no hable tanto de él. Es algo más o menos factible. Se puede armar una súper edición aniversario como la de El Principito, que incluya mucho material adicional, por ejemplo esto que estoy escribiendo ahora.

El tema es que el contenido de este blog ya es más largo que el libro, y desde hace rato. Y hay muchas otras cosas que se pueden poner. Reseñas, cuentos que no llegaron a estar, paratextos descartados. Para no hablar de material escrito especialmente para esa edición, que hable del impacto social que tuvo el libro en esos veinte años.

Pero una pregunta pertinente es: ¿y qué agregaría todo eso al libro? Tal vez los ensayos retrospectivos puedan agregar algo de contexto, posiblemente necesario en el año 2030. Sobre el resto, no sé si me gusta la idea de que el libro pase a formar parte de un libro más largo, aunque sea uno dedicado a él. Y es porque me gustaría que fuera disfrutado como libro, no como documento histórico.

Si llega a ser documento histórico, bienvenido. ¿Pero venderlo como eso? Meh. Lo que forma parte del libro y lo que no forma es una decisión artística que fue tomada en su momento, y me gustaría respetarla, para bien o para mal. Por otro lado, si pongo algunos cuentos de más, tampoco es algo trágico. No es cuestión de subirme al pedestal y declarar a Léame como obra 100% inmodificable.

Me gusta, entonces, el approach que se está dando últimamente con muchas reediciones de discos. Vienen dos CDs: el disco original remasterizado, tal como fue concebido, y un segundo disco (a veces también tercero) con todo el material adicional que pueda ser pertinente. Algunas ediciones de lujo, como las que están saliendo de McCartney con exasperante lentitud, tienen varios discos de extras, DVDs con todo el video correspondiente y libros, fotos, etc, formando un hermoso paquete que incluye el álbum original en esmerada presentación que preserva su independencia.

Así que eso es lo que quiero. Si en algunas décadas me pregunto qué hubiera pensado en su momento, acá lo dejo documentado para la posteridad. Aunque me reservo el derecho de cambiar de opinión, sin que eso implique traicionarme. Queda en sus manos, querido lector, decidir si efectivamente al final me traiciono o no.

Hoy, 31 de diciembre, este blog cumple dos meses de actualización diaria. Y siendo que es el último día del año, es tal vez apropiado hacer una recopilación de lo más interesante que fue posteado en estas intensas semanas.

  • El 31 de octubre arrancábamos con una reflexión sobre el proceso de edición, a modo introductorio.
  • Un paseo por algunas de las figuras que influyeron a Léame y a su autor.
  • Por qué Léame carece de malas palabras.
  • La reacción inmediata posterior a la presentación.
  • En esa presentación los primeros diez ejemplares de Léame vendidos vinieron con una Coca-Cola bien helada de regalo. Era en referencia a una de las series, los coqueríos, que a su vez puede causar algunas confusiones que aquí son prevenidas.
  • Las razones detrás de la elección del curioso título.
  • En ocasión de una lectura, el autor ofrece al mundo su teoría sobre los nombres de los colores.
  • Por qué en la biografía del autor no hay ningún dato sobre su persona. Qué se esconde atrás de eso.
  • Una reflexión sobre las posibilidades al crear universos literarios.
  • Homenaje a una persona sin cuyo aporteLéame sería muy inferior o no existiría.
  • La emocionante revelación de la tapa definitiva.
  • Algunos principios sobre cómo encarar el humor. También llamada “la teoría Leslie Nielsen”.
  • Por qué Léame tiene tan pocos diálogos.
  • Texto casi todo interrogatorio sobre las distintas personas que es el autor.
  • Una exposición sobre los miedos que aparecieron antes de la presentación.
  • Así como hay miedos, también hay realidades que siempre existieron, pero igual es necesario avivarse de que están y obrar en consecuencia.
  • Un diálogo con mí mismo sobre por qué trato al lector de usted.
  • El anticipo exclusivo del índice de Léame.
  • Del mismo modo, apareció primero aquí la contratapa, acompañada de un análisis de su contenido.
  • Y por último, aquí, en el final de la lista, están las librerías donde en este momento está disponible Léame para la compra.

Qué depara el futuro

¿Qué onda? ¿Este chabón seguirá escribiendo sobre su libro todos los días?” se pregunta tal vez el público. La respuesta oficial (?) es la siguiente: la idea es que el blog siga. Puede que la frecuencia cambie, aunque es probable que mantenga algún tipo de regularidad, aunque sea distinta (esto es, que salga un post cada dos días o algo así). No está decidido. La intención es seguir escribiendo estas cosas, y posiblemente que el blog vaya mutando a algo más amplio, a cosas más generales que el libro, como reflexiones sobre los distintos procesos creativos. Veremos qué ocurre. Este autor se sorprederá, seguramente, igual que usted.