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Este sábado la troupe de Viajera se presentará en el sexto Festival Cervantino de la ciudad de Azul. El festival se hace del 1 al 11 de noviembre y contará con la presencia de destacadas figuras y numerosas actividades de muchas índoles. Entre ellas está la Feria del Libro, que se realizará del 1 al 11 en la esquina de San Martín y 25 de Mayo, y en la que estarán en venta nuestros libros, por ejemplo Léame.

En ese marco, el sábado 3 a las 4 de la tarde está programada una mesa redonda con varios autores de la editorial, entre los que me encontraré. Será un placer volver a esa ciudad, donde tengo raíces.

El festival se hace porque Azul fue declarada Ciudad Cervantina, junto a Guanajuato y Alcalá. Esto ocurre porque allí se encuentra la colección de Quijotes de Bartolomé Ronco, una de las más grandes del mundo. A partir de que fue declarada Ciudad Cervantina, se realiza el festival, que convoca a mucha gente y se suma a las opciones de turismo cultural de Azul, cuyo patrimonio arquitectónico es muy valorado.

Todo este patrimonio fue prolijamente ignorado en mis numerosas visitas anteriores, que se concentraban en el nada despreciable objetivo de ver familiares. Así que es para mí una oportunidad de ver a Azul desde otra óptica, de volver siendo el mismo pero distinto a una ciudad que también es la misma, pero veré distinta. Y de paso acaparar tarros de dulce de leche LuzAzul para tener al regreso.

Aquí está el contenido de la última lectura, que se hizo hace un par de semanas. En esta oportunidad no hay material de Léame. Hay dos poemas y una arenga sobre las galletitas Toddy que tuvo su origen en este mismo blog.

Una vez más, el crédito es para Gaby Tavolara por la grabación y por subirla. En su canal de YouTube se pueden ver las otras lecturas de ese día y de días anteriores.

La hermosa Casa de la Lectura recibirá nuevamente este viernes a la troupe de Viajera. Allí estaré, leyendo junto a Valentina Nicanoff, Nadina Tauhil, Axel Levin, Yair Magrino, Lucas Olivera, Laura López y Carolina Esses.

El viernes es 5 de octubre. La lectura es a las 19. Y la Casa de la Misma queda en Lavalleja 924, en el barrio de Villa Crespo.

A splendid time is guaranteed for all.

Una vez más, Gaby Tavolara grabó la lectura y la comparte con nosotros, y eso incluye a ustedes. Esto es lo sucedido en la Feria del Libro, donde me di el gusto de leer no sólo uno de los hits de Léame, sino también el primero de los textos, el que establece uno de los espíritus del libro.

(Nota: cuando pruebo este post, se ve el video en todo su esplendor; sin embargo, la última vez que posteé un video aparentemente al publicarse sólo se vio el link. Si eso vuelve a ocurrir sólo hay que seguir el link para ver el video. De todos modos, confiamos en nuestro amigo WordPress y esperamos que eso no suceda. Muchas gracias.)

Usted, querido lector, tiene la oportunidad de asistir a un evento sin precedentes: una lectura de Léame en la Feria del Libro de Buenos Aires. Será mañana sábado, 5 de mayo. Ocurrirá en el stand 402, que queda en el pabellón azul. Es un stand del instituto cultural de la provincia de Buenos Aires. Allí se presentarán a las 19 tres editoriales, entre las que está Viajera, y a las 21 autores de esas editoriales procederemos a leer de nuestros libros.

Se ha decidido hacer un hit y un estreno. Aunque el tiempo disponible no es mucho, me la voy a jugar y voy a leer un texto de los que dan nombre al libro, que hasta el momento evité. ¿Por qué los evité? Porque en general son diálogos individuales entre el autor y el lector, pero precisamente esa naturaleza “del autor al lector” es lo que lo hace apropiado para la Feria del Libro, cuyo slogan es precisamente “del autor al lector”.

¿Dónde queda la Feria? Pues como siempre, en la Rural. Es en Plaza Italia, que es en Av. Santa Fe y Av. Sarmiento, Buenos Aires (aparentemente la entrada de Sarmiento es la más adecuada). Llega el subte D, y numerosos colectivos, muchos de los cuales tienen un letrero en el parabrisas que dice “Vamos a la Rural”. No se sabe si ese cartel se refiere al predio (que se suele llamar “la Rural”) o a la Exposición Rural que se hace todos los años en ese predio. Lo cierto es que no tienen un cartel que diga “vamos a la Feria del Libro”, a pesar de que en los colectivos suele haber muchos lectores. Aunque, es cierto, según el horario también hay ganado.

Antes se hacía en el Centro Municipal de Exposiciones, que quedaba atrás del Italpark, y durante un tiempo fue el único evento grande que no se mudó a la Rural. Hasta que se mudó. Desde entonces, el Centro de Exposiciones dejó de ser Municipal. Y ya el Italpark se había convertido sólo en park. Las cosas cambiaron. Pero antes no tenían Léame. No todo está perdido.

Este miércoles, también llamado pasado mañana, estaré leyendo en el Club Cultural Matienzo. Será a las 20, en la calle Matienzo 2424, a escasos metros de la avenida Cabildo y a pocas cuadras del Viaducto Carranza.

Formarán parte Eugenia Coiro, Natalia Monsegur, Karina Macció, Virginia Janza, Nadina Tauhil, Diego Recalde, y Cecilia Maugeri. Se anuncian también invitados especiales.

Este evento será una especie de revancha de lo ocurrido el 1 de febrero en el mismo lugar. En esa oportunidad, preparamos la lectura con mucho entusiasmo, y cuando era la hora de salir para el lugar se largó un tremendo temporal. La lluvia y el viento no nos amedrentaron, sin embargo, y fuimos presurosos hacia allí. Hubo que cambiar el trayecto previsto, porque existía miedo de que se hubiera inundado parte del camino, y se hizo más lento. Entonces varios llegamos tarde.

Algunos de los que leíamos, de todos modos, nunca llegaron. Y lo mismo ocurrió con la mayor parte del público que tenía previsto asistir. La lluvia no es motivo suficiente para no asistir a eventos tan agradables, pero esa vez el temporal era severo. Dejaron de andar varias líneas de subte, y las calles creo que no se anegaron del todo, pero daba toda la impresión de que iba a ocurrir.

Entonces tuvimos una velada íntima, con algunos de los que íbamos a leer y los pocos miembros del públco que habían llegado antes del agua. Fue muy linda, y también muy divertida. Pero pocos pudieron comprobarlo.

Ahora tienen otra oportunidad.

Hoy a las 20, en Matienzo 2424, será la primera lectura del año. En un evento que promete, estarán también presentes Cecilia Maugeri, Belara Michán, Eugenia Coiro, Karina Macció, Nadina Tauhil y Virginia Janza. Como invitados participan Jorge Monteleone y Diego Recalde. Habrá, como se ve, mucha calidad.

Si usted se pregunta qué es una lectura, puede ver el link anterior. Para hacerla corta, es un evento en el que muchos autores se juntan y leen textos propios. Los leen en voz alta, generalmente para un público que los va a ver, o que entra porque ve luz.

Debo decir, no obstante, que la última vez que fui a una lectura en el Club Cultural Matienzo, que es como se llama el lugar, poco antes de terminar sufrimos un corte de energía, que derivó inmediatamente en un corte de luz. Pero eso no inhibió a Cecilia Maugeri, que era la que estaba leyendo. Ayudada por fuentes más primitivas de iluminación, continuó valientemente su lectura, para beneplácito del público presente.

Vamos a confiar, de todos modos, en que hoy no se va a cortar la luz. Pero pretendemos que haya beneplácito igual. Por eso haremos una lectura refrescante, veraniega, febreril.

Además de la lectura, habrá instalado un puesto, preferentemente en el hall, donde usted podrá adquirir Léame. De ese libro provendrá una parte de lo que leeré, mas no todo.

Ante todo, el motivo de este texto es anunciar que el próximo miércoles 1 de febrero a las 20 estaré leyendo en el Club Cultural Matienzo, sito en la calle Matienzo 2424, muy cerca de la avenida Cabildo. Habrá material de Léame y también estrenaré algo nuevo.

Se me ocurre, no obstante, que usted, hermano lector, puede no saber de qué se trata un evento de éstos. Hace unos años me pasaba. Nunca se me había ocurrido que existían las lecturas, más allá de que los autores a veces presentaban sus libros y leían una porción. Pero, ¿juntarse a leer? ¿Quién hace eso?

Parece que mucha más gente que la que hubiera pensado. Está lleno de eventos de lectura. Algunos tienen público y todo. ¿Y qué hace ese público? Se sienta (cuando hay asientos) y escucha. No puedo asegurar que todos presten atención. Pero están ahí voluntariamente, así que podría ser. Lo sé, para alguien que no está acostumbrado puede ser extraño.

Habitualmente son varios autores los que leen. En esta ocasión también será así. Estarán Nadina Tauhil, Karina Macció, Eugenia Coiro, Virginia Janza, Belara Michán y Cecilia Maugeri. Tal vez alguien más. Cada autor lleva sus libros o prepara algo. Suele haber una mesa con un micrófono, para facilitar la comprensión. Es problemático estar en una lectura mal amplificada, porque en este tipo de eventos es fácil perderse.

El público no permanece quieto mucho rato. Hay que entretenerlo. Las largas reflexiones existenciales, a menos que sean muy graciosas, no son apreciadas. No porque no tengan valor, sino porque tarde o temprano uno se navega, va a mirar para otro lado o lo que está escuchando lo llevará a alguna otra cosa, y de repente se encuentra que su línea de pensamiento va en una dirección distinta de la que lleva la lectura. Seguramente Proust no cautivaba al público en vivo.

Cualquiera (es de suponer) es capaz de leer un libro para sí mismo. Pero hay que saber leer en público. Hay que saber usar la voz, saber marcar ritmos, saber establecer un orden, leer las reacciones, cambiar sobre la marcha si no va bien. Es como cantar, salvo que no se canta. Pero lo demás es lo mismo.

Lo bueno es que los que estaremos él miércoles 1 de febrero a las 20 en Matienzo 2424 tenemos experiencia, parece que sabemos lo que hacemos. Así que estoy en condiciones de afirmar que la lectura de ese día va a estar muy buena. Por eso usted, amigo lector, está invitado.

La entrada, como casi siempre, es gratuita. Pero no es libre. El que es libre es usted.

Esta noche, a las 19, formaré parte del evento de cierre del año de Siempre de Viaje. En realidad, es la segunda parte. En la primera, veinte autores leyeron textos en los que salían de la guarida. Es decir, se animaban a hacer cosas distintas de lo que habitualmente escriben. Tuvo un gran nivel.

En esta segunda parte ocurrirá lo mismo, con otros autores. Estaremos los cuatro que presentamos libros el viernes pasado. Seguramente leeremos algo de los libros. En mi caso, espero también leer alguna cosa que no está en el libro, y tiene un estilo distinto.

Todavía no sé bien qué es lo que voy a hacer, porque estoy escribiendo con cierta anticipación, como es costumbre. Pero es probable que me mande con alguno de los textos más experimentales de Léame. Seguramente lo acompañaré con otra cosa. Un diálogo, tal vez un poema. Quién sabe.

La cita es hoy martes, a las 19, en el bar El Archibrazo. Queda en Mario Bravo 437, en el barrio del Abasto.

Mañana miércoles a las 19, nuevamente en la Casa de la Lectura, será el segundo preview de Léame. Será en el marco del ciclo Viajera Visita, y estaré junto a varios autores de la editorial. Ellos son: Carlos Battilana, Eugenia Coiro, Ricardo Czikk, Loreley El Jaber, Virginia Janza, Gabriel Kirchuk, Mana, Belara Michán y Nadina Tahuil.

La calidad y cantidad de autores asegura un evento altamente disfrutable. También se augura una velada colorida, porque en esta oportunidad la consigna tiene que ver con los colores. Así que estoy viendo cuál elijo, y qué textos de Léame me sugieren algún color.

Sospecho que habrá repetición de colores, porque hay diez autores, y eso más o menos agota los colores que existen. Algunos creen que no es así, que hay muchos colores, pero se equivocan: son aproximadamente diez. No 256 ni 65.536. El turquesa, por ejemplo, no es un color de verdad. Es un tono de celeste (o de verde, según el caso). Y el celeste es un tono de azul, al igual que el violeta.

Mi maestra de primer grado no estaría de acuerdo con esto. En una oportunidad, nos hizo hacer un ejercicio que consistía en pintar figuras de un color determinado. Supongo que el objetivo era saber si conocíamos el nombre de los colores. Uno de los que me tocó era celeste. Pero no tenía lápiz celeste (era de perder los lápices). Ningún problema, pensé, lo pinto de azul con poca fuerza. Eso es lo mismo que celeste. Pero tampoco tenía azul. Sí tenía violeta. Ahí está, lo pinto de violeta muy suave. Pero la maestra no agarró la sutileza, y el ejercicio volvió corregido como si estuviera mal. Nunca le fui a reclamar el error. En su lugar me resigné, mientras pensaba “con esta gente no se puede razonar”.

En fin, lo que quiero decir es que hay unos pocos colores de verdad, y después existen tonos a los que distinta gente le pone otros nombres (una de las características que distinguen al Homo sapiens es que le pone nombre a las cosas).

Pero me fui por las ramas. La lectura colorida será mañana, miércoles 16 de noviembre, a las 19 horas en la Casa de la Lectura, Lavalleja 924 (Buenos Aires). Aparentemente no será tan impuntual como suelen ser los eventos literarios, así que espero verlos a esa hora.

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